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CARTA DE UN METABOLISMO ESTRESADO
Querido humano, sé que estás decepcionado conmigo. Sé que en los últimos tiempos me escondes debajo de ropa holgada y evitas la playa.
Me exiges una energía que no tengo.
Tus galletas rellenas y refrescos no me dan el apoyo necesario. Me siento abrumado y, lamentablemente, me veo obligado a almacenar energía en forma de grasa.
Sé que te avergüenzas de tu stock de energía, pero lo que me pides, no puedo ofrecerte. Estoy débil.
No descanso y no recuerdo cuando fue mi último sueño reparador. Cuando me despierto, no me alimentas y cuando me alimentas, no es de calidad.
Estoy estresado y cerca de un colapso nervioso. Sé que esperas más de mí, pero tengo que ser honesto, también esperaba más de ti.
Me pides foco, energía y menos grasa. Te pido nutrientes, hidratación y descanso. Y como tú, estoy viendo barcos.
Te molesta el intestino encerrado, pero cariño, no estoy en condiciones de hacer nada ahora.
No me pidas que recuerde algo. Mi acción de antioxidantes está bajo, mis membranas celulares sin flexibilidad y la grasa mala que tu consumes, acaba conmigo!
Ya no puedo transportar bien el azúcar que tomas y contra mi voluntad, tengo que llamar a mi amiga insulina más a menudo. Si estás mareada y con dolor de cabeza, me culpas. Y tú bien sabes lo difícil que es, cada vez que aparece de forma desordenada estoy obligado a almacenar aún más grasa.
Deja las cremas y los masajes, mi amor. Ya no respondo a los estímulos externos.
Estoy tan nervioso que le pedí consejo al cortisol. Me aconsejó retener el máximo líquido que pueda para protegerme y siempre que sea posible, deshacerme del peso innecesario de los músculos.
Bueno, los músculos son pesados y ya no tengo la capacidad de carga por ahí. He optado por la grasa de mi bien, lo siento. Con la escasez de nutrientes tuve que tomar decisiones drásticas.
Ya no estoy cuidando tu piel y pelo, así que tu los verás irse.
Estoy tan nervioso que las cápsulas y suplementos no son absorbidos. Estoy enojado contigo y ahora no quiero más charla. Te estoy escribiendo esa carta como un adiós. Me estoy apagando y luego, la falta de aire será evidente.
Cuanto más me enfermo, más me agredes con medicamentos y yo, sinceramente, no entiendo por qué me tratas así.
Parece que quieres verme sufrir. Como si no fuera suficiente cada año de negligencia, ahora gritas a los siete vientos que soy lento, que tu metabolismo es lento. Duele!!
Yo nací con algunas imperfecciones, pero imaginaba que tu, con inteligencia humana, sabrias cuidar de tu cuerpo. Me equivoqué! Tu no prestaste atención a las señales y abusaste de mí.
Ahora con confianza te pregunto, cuando me canse y me vaya, dónde vas a vivir?
Autor desconocido
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